Tarraco piedra a piedra

A lo largo de la Historia la piedra ha representado un elemento fundamental para la Humanidad: para la construcción (casas, fortificaciones, templos, caminos...), para la representación artística, para la expresión simbólica... Roma no fue una excepción: la construcción de sus ciudades y de las grandes infraestructuras características de aquella cultura requirió la disponibilidad de una gran cantidad de este material.

Tárraco es un ejemplo. La muralla, el circo, el teatro, el anfiteatro, los templos, las calles, las casas urbanas, las villas rurales... todo fue construido utilizando la piedra más próxima −la que proporcionaba el propio territorio−, junto con otras −de cualidades muy diversas− venidas de todas partes, generalmente procedentes de las más prestigiosas canteras del Imperio. Una y otras fueron utilizadas en los grandes proyectos públicos de la ciudad, en la arquitectura privada, en la realización de esculturas, de inscripciones o de sarcófagos, entre otros.

La construcción de Tárraco requirió un largo proceso en el que se combinaron pragmatismo y una no disimulada voluntad de generar una imagen de prestigio. Tárraco piedra a piedra pretende poner de relieve esta realidad en la que se combinan materia, forma, función e intencionalidad escenográfica.

La aplicación de técnicas analíticas propias de otras disciplinas científicas (geología, química, biología, cartografía, etc.) que permiten la determinación de las propiedades físicas y químicas de la materia, ha ido incrementándose en el conjunto de la investigación arqueológica en nuestro país en los últimos años.

El estudio arqueométrico de los materiales lapídeos hallados en contextos arqueológicos o de aquellos que constituyen la materia prima de obras artísticas o de monumentos emblemáticos, aporta una información fundamental, no sólo para comprender el yacimiento, obra o monumento en sí, sino, también, las razones y los procesos socioeconómicos que determinaron su uso.