Exposiciones
18/05/2000 - 30/09/2000
Museo Arqueológico de Tárraco
Uno de los avances más significativos que se han producido en los museos en los últimos decenios ha sido el despliegue de toda una serie de iniciativas que tienden a incrementar su vertebración con los diferentes segmentos de la sociedad: en los museos, hoy en día, se respira una atmósfera radicalmente distinta a la de hace unos cuantos -pocos- años. Sin haber perdido aquel carácter esencial de depositarios y custodios de un patrimonio colectivo ireemplazable -y, por tanto, precioso- los museos han entrado con decisión en el despliegue de su capacidad comunicativa a través de la asunción de nuevas técnicas museográficas - más cercanas a los ciudadanos que los visitan- y de nuevas propuestas orientadas, al fin y al cabo, a facilitar la comprensión y la comunicación del visitante con todo aquello que constituye la base fundamental de cualquier museo: el patrimonio. Este proceso y aquella voluntad han tenido en los museos arqueológicos uno de sus máximos exponentes: de alguna manera, las piedras han empezado a hablar, han empezado a penetrar en el conocimiento y en la emotividad de los visitantes de estos museos.
La memoria compartida, museos invitados en el MNAT es una nueva experiencia en esta misma línea: en un contexto politicosocial en el cual -cada vez más- somos conscientes que hay muchos factores comunes que nos relacionan más que nos separan, hace falta también potenciar esta dinámica para promover, desde los museos, un movimiento de aproximación y de complementación de nuestro patrimonio para explicar todo aquello que hay en común en nuestras raíces y para incrementar y enriquecer el mensaje contenido en nuestras propuestas. Una voluntad que, además, creíamos, entronca perfectamente con el que tiene que ser el espíritu de la commemoración del Día Internacional de los Museos.
Comenzando esta nueva línea de programación, el Museu Nacional Arqueològic de Tarragona ha invitado al Musée Saint-Raymond de Toulouse, un museo que -como el nuestro- puede presumir de una larga y sólida tradición y que -también como el de Tarragona- tiene en la Antigüedad clásica y postclásica (concretamente, en su caso, en la ciudad de Toulouse y en el territorio de la rica provincia de la Narbonense) el epicentro de su propia existencia. Por tanto, un museo que en su historia y en sus colecciones presenta reiterados paralelismos con el de Tarragona. Unas colecciones que, en definitiva, evocan con total fidelidad y contundencia una vieja y comuna realidad histórica que, todavía hoy, constituyen nuestro rico patrimonio cultural.
A estos méritos de cariz histórico hace falta añadir su reciente reapertura, después de un periodo de obras en su sede y del replanteamiento en profundidad de sus programas museológicos y museográficos; si, desde siempre, las colecciones del Musée Saint-Raymond habían sido consideradas con toda justicia entre las más importantes del Estado francés en el campo de la arqueología, hoy en día, después de las reformas que se han llevado a cabo, el museo ha reforzado todavía más su atractivo y su capacidad de convocatoria.
La presencia del Musée Saint-Raymond en el Museu Nacional Arqueològic de Tarragona, concretada esta vez en el magnífico relieve del Rapto de Proserpina procedente de la villa romana de Chiragan, que presentamos junto con el sarcófago procedente de Tarragona - con la representación de la imágenes del mismo mito - es, entonces, un privilegio y un sello de garantía para esta edición inaugural de La memoria compartida. Museos invitados en el MNAT.