Las referencias más antiguas ya relacionaban este monumento con el sepulcro de los hermanos Escipión, generales y héroes romanos, muertos en Hispania durante la segunda guerra púnica (siglo III a. C.). Esta identificación errónea fue aceptada y difundida por la mayoría de los autores desde el siglo XV hasta la segunda mitad del siglo XIX.
Los trabajos de investigación que se llevaron a cabo a lo largo del siglo XX han terminado por desmentir esta interpretación equivocada. Los estudios científicos realizados desde las vertientes arqueológica, arquitectónica, escultórica y epigráfica han llegado a la conclusión de que el monumento se construyó a principios del s. I d. C. y que en ningún caso podría haber alojado los cuerpos de los dos generales romanos.
Los romanos tenían prohibido incinerar o enterrar a los difuntos dentro de la ciudad. Por este motivo, siempre lo hacían fuera de la muralla y, normalmente, junto a las vías.
A medida que se fueran acercando a la ciudad, los viajeros que pasaban por la vía se encontrarían una gran cantidad de monumentos funerarios más o menos espectaculares, dependiendo de la capacidad económica de los familiares del fallecido. Las familias romanas pretendían que el viandante que pasaba cerca del monumento mantuviera vivo el recuerdo del fallecido, a la vez que la construcción de grandes monumentos funerarios les servía para demostrar su estatus.
La Torre de los Escipiones es, muy probablemente, un mausoleo familiar levantado en recuerdo de un matrimonio o de dos hermanos. El monumento estaría situado en el lugar donde la Vía Augusta pasaba por los terrenos propiedad de la familia.
Aunque hoy en día está incompleto, se trata de un típico monumento funerario en forma de torre. En el interior estaba la cámara funeraria destinada a guardar las cenizas de los difuntos.
En la torre se pueden ver dos relieves que representan al dios Atis. Los dos personajes visten a la manera oriental: túnica corta con mangas, calzas estrechas y ajustadas en los tobillos, un manto y un gorro frigio en la cabeza. La mala interpretación de su vestimenta ha llevado a confundirlos con dos soldados e interpretarlos como los dos hermanos Escipión.
Según la mitología, Atis murió debido a su autocastración y volvió posteriormente a la vida. Atis es un dios de origen oriental ligado al culto de la diosa madre Cibeles. Se consideraba el protector de los difuntos y su resurrección, ya que él mismo había conocido el sufrimiento y la muerte y los había superado.