Els Munts es una de las villas aristocráticas mejor conservadas de la Hispania romana.
Situada en un marco incomparable cercano a la playa, los habitantes de esta residencia de campo disfrutaban de la tranquilidad de la vida rural y de la belleza del entorno, sin dejar de lado el lujo y el refinamiento.
Una casa destinada al ocio y al tiempo libre de las élites de Tárraco y que, seguramente, jugaba un papel clave en sus relaciones sociales, políticas y económicas.
En este lugar se han identificado los restos de una villa del siglo I d. C. que fue abandonada y desmontada a inicios del siglo II con el objetivo de construir una gran villa aristocrática. A finales del siglo III se produjo un incendio que provocó la destrucción parcial del edificio, iniciándose así una decadencia que se alargaría durante todo el siglo siguiente. A inicios del siglo V, se detectan nuevas reformas que acabarán conformando la villa tardorromana y visigoda que estará en uso hasta el siglo VII.
Después de un largo periodo de abandono y expolio, la memoria del edificio y de su romanidad se recupera de la mano del humanista Lluís Pons d’Icart (siglo XVI). A partir de mediados del siglo XX, se desarrollan varias campañas de excavación que sacan a la luz una parte importante de los restos y permiten trazar las líneas generales de su historia.
A inicios del siglo II d. C., a unos 12 kilómetros de Tárraco, se construyó una villa residencial de unas dimensiones y un lujo excepcionales.
El lugar elegido fue la ladera de una colina cercana a la playa. Un lugar perfectamente comunicado por vía terrestre o marítima hasta Tárraco, cercano al río, con unas vistas excepcionales al mar y un clima agradable durante buena parte del año. Un lugar que aún hoy en día sigue siendo idílico.
La casa tenía al menos dos plantas. El piso superior se distribuía alrededor de un gran patio interior que tenía en el centro un estanque con peces. En este piso se encontraban las habitaciones más nobles y una galería con vistas al jardín y al mar. En la planta inferior había más habitaciones y un gran comedor (triclinio). Siguiendo un pasillo abierto en el jardín, se llegaba a los baños con piscinas de agua fría (frigidarium), de agua caliente con un sofisticado sistema de calefacción por suelo (caldarium), una piscina descubierta y letrinas. En la playa, otros baños completaban las edificaciones.
Pinturas en las paredes, pavimentos con mosaico, esculturas, fuentes, estanques artificiales, columnas y placados de mármoles de importación embellecían aún más los espacios. De entre la decoración recuperada, cabe destacar unos mosaicos de pared bastante excepcionales que representan las musas y un techo pintado con la representación de las estaciones del año. Dos ejemplos del gran refinamiento decorativo.
No es difícil imaginar la vida de los huéspedes y los anfitriones en la villa. Por la mañana, paseando por los jardines, disfrutando de las vistas que ofrecía la galería del piso superior, conversando o leyendo. Por la tarde, dirigiéndose hacia los baños para relajarse y, seguidamente, ir hacia el gran comedor (triclinio) para disfrutar de un banquete amenizado por lectores, músicos y bailarines. Al acabar la cena, se retirarían a sus lujosas habitaciones para descansar.
En el invierno del año 122-123 d. C., el emperador Adriano visitó Tárraco. Sabemos que durante su estancia presidió el Concilio Provincial (la reunión de representantes de todos los pueblos de la provincia) y que hizo restaurar el templo de Augusto.
Cuando, meses antes, llegara la noticia de que el emperador Adriano visitaría la ciudad, provocó seguramente un gran revuelo. Muchas cuestiones se debían tener en cuenta antes de la visita imperial. Sin ir más lejos, encontrar un lugar adecuado para alojarlo. Quizás una villa en el entorno de la ciudad, que permitiera al emperador refugiarse del bullicio de la capital provincial. ¿Podría ser la villa de Els Munts el lugar elegido?
La ubicación de la villa respecto a Tárraco, sus grandes dimensiones, la suntuosidad y el lujo decorativo, el hallazgo de una estatua representando a Antínoo (el amante predilecto de Adriano) o la disposición de un gran mitreo son algunas de las evidencias que permiten plantear esta hipótesis.
Según la mitología, el Sol ordenó a Mitra el sacrificio del toro. El mandato fue ejecutado en el interior de la cueva y, del cuerpo del toro, nacieron todas las hierbas y plantas saludables. De su columna vertebral germinó el trigo y, de su sangre, el vino. Antes de volver al cielo convertido en un dios, Mitra celebró su triunfo con un gran banquete.
El mitraísmo es una religión en la que solo aquellos que estaban iniciados podían participar del culto y conocer sus secretos. La persona que se quería iniciar debía superar una serie de pruebas. Su rito principal era el banquete que se celebraba dentro de los mitreos. Estos espacios, que imitaban una gruta oscura y cerrada, tenían un pasillo central y banquetas elevadas a ambos lados donde se estiraban los iniciados para comer. Al fondo, estaba el santuario donde se encontraba la imagen del dios sacrificando el toro.
El mitreo de la villa romana de Els Munts destaca, principalmente, por su ubicación y sus grandes dimensiones, cercanas a las del mitreo de las termas de Caracalla en Roma, uno de los más grandes conocidos de todo el Imperio. Era habitual encontrar centros de culto a Mitra en las ciudades y en los campamentos militares, pero no integrados en las villas. Así pues, ¿qué hace un mitreo de estas características en una villa aristocrática como la de Els Munts? Este es, todavía, un enigma por resolver.
En una de las habitaciones de la casa se pueden ver los restos de una fuente. El frontal de esta fuente estaba decorado con una pintura con la representación de Oceanus (el Océano) y una inscripción que indica que la cisterna había sido construida por Avitus y Faustina, señores de la casa.
Faustina era la esposa de Caius Valerius Avitus, un personaje originario de Augustobriga (Muro de Ágreda, Soria) que el emperador Antonino Pío destinó a Tárraco, ciudad de la que fue duunvir, su mayor autoridad.
Caius y Faustina quisieron que quedara constancia de su paso por la villa. Además de construir la cisterna y la fuente, hicieron una serie de reformas en los baños, añadiendo más piscinas, unas letrinas y nuevas esculturas. También hicieron colocar un nuevo mosaico en el pasillo y volvieron a pintar alguna de las habitaciones.
Enero, febrero, noviembre y diciembre:
Marzo, abril, mayo y octubre:
Junio, julio, agosto y septiembre:
Lunes: cerrado
Cerrado los días: 1 de enero, 1de mayo, 25 y 26 de diciembre.
Días festivos locales: martes de Pascua y 11 de noviembre, el centro abre de 10 a 14 h. Entrada gratuita.
Última visita: 30 minutos antes del cierre
Nota: Mientras duren los trabajos técnicos de mejora del centro de interpretación de la Villa romana de Els Munts, el precio de la entrada general se reduce a 2 € por persona.
Entrada: 4,00€ (*)
Entrada reducida: 2,00€
Entrada gratuita:
TIQUET MNAT: 7€
Tarifa conjunta que incluye la visita a las siguientes sedes: Tinglado 4, Necròpolis de Tàrrago, Villa romana de Els Munts y Conjunto romano de Centcelles.
Visitas público individual:
Itinerario "La vida de las élites en Tárraco"
2º domingo de mes (de octubre a junio)
De 11 a 12. 30 h
Precio: 5 € por persona. Menores de 5 años (gratuito)
Necesaria reserva previa
Visitas concertadas para grupos:
Máximo 30 personas
Duración: 1 hora
Precio: 70 € por grupo (de martes a viernes) / 85 € por grupo (fines de semana y festivos)
Idiomas: catalán / castellano / inglés / francés
Al precio de la visita se le debe sumar la entrada al centro.
Necesaria reserva previa.
Visita guiada Caius i Faustina
Público general
Máximo 30 personas
Duración: 1 hora
Precio: 150 € por grupo
Idiomas: catalán / castellano / inglés / francés
Al precio de la visita se le debe sumar la entrada al centro.
Necesaria reserva previa.
Información y reservas: 977 25 15 15 / mnat@gencat.cat